jueves, 1 de diciembre de 2011

BAR EL CIELO

Rebeca se ha preparado para encontrarse con lo que más le asustaba, no quería dejarlo pasar un día mas, por eso decidió ponerse esos pantalones negros y esa camisa que tanta confianza le daba, se miró al espejo con criterio para saber que estaba haciendo lo correcto.
Se va a la ciudad para encontrar aquel local que le llamaban el cielo, ¿estaría lista? Tomo una profunda respiración y salió de su casa, para coger su coche y hacer cientos de km para llegar a ese local.
Cuando llego, casi da la media vuelta, ¿quizás no debió venir sola? ¿Quizás no estaba preparada?
Tragando el nudo en su garganta, tiro de la puerta y entro a un nuevo mundo donde nada se parecía a su mundo tradicional, llego hasta la barra, sin dejar de notar que su entrada había generado miradas de atención.
Estaba tan nerviosa, que se acercó a pedir un  tequila, alado de ella esta una mujer que también parece estar sola, que se acercó a ella y le dijo.
_ No pareces que seas de la zona, me llamo Claudia.
_ Encantada de conocerte, yo me llamo rebeca.
Para evitar no dar muestras de inexperiencia, tomo su tequila y lo bebió de un solo trago, pero no pudo evitar toser cuando el caliente liquido quemo su garganta.
La mujer le dio una palmada en la espalda, después de que fue capaz de respirar de nuevo, sintió su cara ruborizarse ante la vergüenza, ¿Cómo podía estar haciendo el ridículo en frente de esa mujer?
_ Supongo te diste cuenta que era la primera vez que lo pedía, no estoy acostumbrada a tomar tequila.
_ Entonces ¿porque lo pediste?
_ Para que me diera valor para estar en este local y no sentirme fuera de lugar.
_ ¿Es tu primera vez en un bar les?
_ Si no hay nada así en mi pueblo
_ Para la próxima vez, ¿Por qué no lo mezclas con algo que suavice un poco tu garganta?
Miro a la pista de baile, había mucho humo, y muchas mujeres bailando solas y acompañadas, cuerpos presionándose pecho contra pecho, esa era la primera vez que veía mirar a dos mujeres bailando.
De repente Claudia le saco de sus pensamientos y le dijo
_ Toma esto, es lo que yo suelo beber, ¿quieres que te acompañe a la pista?
_ Esta bueno, es más suave gracias, pues no sé, ya que estoy aquí, vayamos a la pista.
Cuando llegaban a la pista, no sabe si se siente con la confianza de estar lista para bailar, siente todas las miradas atentas en ella, sobre todo las de esa recién estrenada mujer que le había invitado a una copa, que quiere ser agradable con ella y acompañarla.
Entonces volvió a tomar un sorbo largo para sentirse más relajada, y dejo que la noche hiciera su trabajo, se fue a la concurrida pista de baile con la mano de esa comprensiva mujer.
Entonces empezaron a bailar, aunque para su agrado era música marchosa, para bailar sola, iba a ser muy embarazoso bailar con otra mujer, sin tener ni idea como bailar, salvada por la música.
Claudia pensaba que hacía mucho tiempo que no se había interesado por nadie, ella debe no tener más de veinticinco años y es de fuera de la ciudad, ella no está interesada en otra aventura de una sola noche, no sabe, si ir a por ella, no quiere dejar que le rompan el corazón otra vez
Mientras que Rebeca, pues no sabía ni qué hacer ni que decir, todo era nuevo para ella.
Rebeca no podía creerlo, la música cambio y colocaron una canción lenta, de repente vio como todas se buscaban pareja de baile, hasta que Claudia le dijo, baila conmigo presionando sus labios en su oreja, a lo que respondió ¿tendrás que mostrarme cómo?
La primera vez que baila con una mujer, Claudia la lleva, diciéndole suavemente muévete conmigo, no te preocupes como se ve, solo quiero bailar unos minutos contigo.
Ella se dejó ir, observo a su alrededor que todas están a lo suyo, Rebeca le paso la mano por arriba y debajo de la espalda, la prenda era tan suave, que imaginaba que así de suave, sería la piel de debajo y Claudia sentía como si esas manos traspiran su camisa, haciendo de su piel la seda bajo sus manos.
Rebeca siente la evidencia de la pasión y decide ir un paso más allá, hunde su cara en el cuello de Claudia, respirando el dulce aroma del perfume de la chica.
De repente Claudia suspiro por las sensaciones, y rebeca le dijo.
_ ¿Puedo besarte?, me fije en ti desde que entraste por la puerta
_ Por favor, entonces se besaron y sintieron ambas los labios que siempre habían soñado en sus sueños desde diferentes perspectivas y tiempos.
Los brazos de rebeca se apretaron más a su pareja de baile cuando le correspondió el beso, moviendo sus caderas, mientras apretaba su cuerpo contra ella, seguían besándose al son de la música, que ellas escuchaban porque ya se había acabado la canción.
Finalmente rompieron el beso, Rebeca le dijo suavemente, ven a casa conmigo, antes de que me avergüence de mi misma.
Claudia no sabe porque fue, pero asintió, fue ese beso el motor que le había impulsado a acceder a la proposición.
Rebeca le guía  fuera de la pista y salen del bar hacia su coche estacionado en  la otra calle, no sabe cómo se siente su compañera, pero ella está un tanto nerviosa además se suponía que ella era la experimentada, pero hay algo que le hace sentirse diferente.
Cuando llegaron al coche, rebeca abrió la puerta del copiloto para que Claudia subiese y se dispuso a ponerse en su lugar para salir a la avenida.
Claudia no sabe  si son  las copas que se le habían subido de más, pero se acercó a ella y se metió por dentro de su camiseta y estuvo rato allí conociendo nuevas sensaciones tan placenteras.
Rebeca sonreía pero cuando Claudia bajo más, le dijo no me lo estás poniendo nada fácil cariño, entonces la otra mujer afirmo que estaba tratando de hacer su mejor papel para ponérselo difícil.
No te preocupes, ella rápidamente tomo una calle lateral para dejar la avenida, no quería arriesgarse a que le pusieran una multa.
Claudia seguía pegada a ella, la errante mano se desliza más profunda mientras ella se siente cada vez más ardiente, cuando llegan a su calle, la mano ya había conseguido probar nuevas avenidas llenas de calles laterales en el cuerpo de Rebeca.
Rebeca estaciono como pudo y apago el motor, después de moverse en su asiento todo lo que podía, acerco a su acompañante hasta su regazo, para decirle tenemos suerte haber llegado a casa de una pieza.
_ Lo siento.  murmuro Claudia. debe ser la bebida,yo nunca me había sentido así antes.
_ No te preocupes, ha sido espontaneo, acariciando su cuerpo, que estaba más sensible que antes.
Claudia arqueo su cabeza hacia atrás cuando noto un espasmo de placer en su cuerpo.
De repente unos pasos fuera del coche, arruino el momento, Rebeca al instante dijo vamos adentro, saliendo ambas, para subir los escalones de la casa, cuando abrió la puerta, le dijo
_ No es mucho lo que tengo, pero es mi hogar, encendiendo las luces.
_ Es acogedor y bonito.
Rebeca le guio hasta su cuarto, cuando noto la expresión de Claudia de temor, entonces se maldijo por ir demasiado rápido, probablemente debería tranquilizarla, esta mujer no es como las demás, es especial, es única, se sentó en la cama y le dijo.
_ Ven aquí y hablemos
Claudia fue a sentarse a lado suyo, la envolvió en sus brazos, beso su cara y le dijo.
_ ¿Te sentirás mejor si te digo que no vamos hacer nada esta noche? Reconozco que no soy una santa, sin embargo me gustaría que esto fuera algo más que un rollo de una noche. Esperando que eso pudiera ayudarla a tranquilizarse.
_ Eso me hace sentirme mucho mejor, lo siento, no sé qué hay de malo en mí.
_ No te disculpes, me gustas y no me molesta conocerte mejor antes que las cosas progresen, tan pronto como dijo eso, ella se dio cuenta de lo cierto de su declaración.
Claudia recostándose en el hombro de rebeca, cerró los ojos y dijo, yo nunca, a lo que escucho la respuesta de, lo se tranquila para besarle su sien.
Rebeca acerco su cara hacia ella despacio y le dio un beso, como ese mismo beso que había la había encendido hace una escasa hora, definitivamente sabe cómo besar.
El beso se profundizo, su cuerpo se relajó más, se abrió a la experiencia de una mujer, que sabía cómo hacer que fuera mejor, Rebeca busco su permiso, accediendo sin importarle nada más que ese momento.
Sintió una mano que le quito la parte de arriba y se detuvo a acariciarle dorso femenino, pasaba por su cuello…. sintió una mano que podría parecerse a una serpiente enroscándose en su cuerpo de mujer.
Se sentía puro estar con una mujer por primera vez, porque Rebeca no era una mujer cualquiera, es la mujer que encendía el motor de su deseo.
¿Continuara? ¿Quién lo sabe? Pero estaba dispuesta a disfrutar incasablemente de este beso y de sus caricias hasta que ya no pueda hacerlo por frenar por mis miedos o por llegar al mismo cielo
Al fin y cabo ella se mostró sincera al querer algo más que una noche, lo he visto en sus ojos.

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