viernes, 5 de octubre de 2012

El número de hogares con todos sus miembros en paro llegó a 1.575.000


El número de hogares con todos sus miembros en paro ascendió hasta 1.575.000 en el cierre de 2011, lo que supone 149.800 hogares más que en el tercer trimestre (un 10,51 % más) y 247.000 más que al cierre de 2010 (un 18,6 % más), según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el INE.
El número de hogares con todos sus miembros ocupados, siguiendo esta tendencia, también cayó hasta los 8.846.100 al cerrar 2011, lo que significa que hay 212.300 familias menos en esta situación con respecto al tercer trimestre de 2011 (el -2,34 %).

Respecto al cierre de 2010, los hogares con todos los miembros ocupados descendieron en 374.600, lo que supone una caída del 4,06 %.

Además, en España existen 4.384.400 hogares sin ningún miembro activo, 4.500 menos que en el tercer trimestre de 2011 y 91.600 más que al cierre de 2010.

Los hogares con al menos un miembro activo suman un total de 13.009.900, un 0,21 % más que en el tercer trimestre de 2011 y un 0,39 % más que en 2010.
La crisis económica ha tenido efectos dispares sobre el empleo y la tasa de paro en diferentes países. Así, en el conjunto de la UEM, en los dos últimos años se ha destruido un 2,6% del empleo, situándolo en los niveles registrados a comienzos de 2006, mientras que la tasa de desempleo ha repuntado hasta el 10,1%, una cifra que no se alcanzaba desde finales de la década de los noventa. 
En España, en el mismo período la destrucción de empleo ha sido del 9,2%, y la tasa de paro ha aumentado en 13 puntos porcentuales (pp), hasta llegar al 20,1% en el segundo trimestre de 2010, 4 pp menos que el máximo alcanzado en la crisis de principios de la década de los noventa.
os efectos de la crisis se dejan sentir en todas partes. Uno de los más llamativos es el descenso del consumo: cada vez más hogares españoles han ajustado sus hábitos de compra y consumo, limitando gastos y estirando unos ingresos que se ven cada vez más mermados… Han adoptado una “economía de crisis” ¿En qué se traduce esto?
Cada vez son más los hogares españoles que han ajustado sus hábitos de compra y consumo, limitando gastos y estirando unos ingresos que se ven cada vez más mermados… Han adoptado una economía de crisis, haciendo equilibrios entre ingresos mermados y gastos imprescindibles.
Recientemente se han dado a conocer nuevas informaciones que ponen de manifiesto una profundización de la crisis económica en la que estamos inmersos desde hace 4 años. Son el barómetro del CIS y la nueva ponderación de la cesta de la compra del INE, un elemento básico para el cálculo del IPC.
Los datos de estas publicaciones reflejan un perfil de consumo en los hogares españoles cada vez más primario y menos diversificado, propio de una economía donde el presupuesto familiar no puede dedicarse a ningún bien o servicio que no satisfaga una necesidad básica: una economía de crisis, un consumo de subsistencia.

Cambio en los hábitos de consumo

Así, según el último barómetro del CIS, los españoles están cambiando de hábitos para ahorrar dinero en este contexto de crisis. ¿Dónde se hacen más recortes… y dónde menos?
Las partidas en las que un mayor porcentaje de familias están haciendo recortes son
  • Ocio: casi un 70% de familias declara gastar menos en esto.
  • Suministros (gas, agua, electricidad,…), un 69,8% recorta gastos.
  • Vacaciones: más del 66% ha recortado su presupuesto para ello.
  • Ropa y calzado con un 64,2% .
Y donde menos hogares dicen que están ahorrando es en:
  • Tratamientos médicos y dentales
  • Alimentación
  • Transporte
Como se puede ver, son partidas de gasto mucho más básicas y donde los ahorros o ya se han llevado a cabo o son ya imposibles de recortar… Es lógico que los ajustes mayores se realicen en bienes de consumo duradero (automóviles, electrodomésticos), ocasional (vacaciones, tratamientos de belleza,…) o lúdicos (restaurantes, cines, libros,…) que en partidas de uso diario (alimentación) o imprescindibles para conseguir ingresos (transporte). Pues bien, esto es lo que está sucediendo en la actualidad. Unos presupuestos familiares decrecientes están determinando que las partidas de gasto menos fundamentales se vean recortadas en mayor medida que las más básicas.

Haciendo equilibrios con el presupuesto

Los nuevos hábitos de compra y consumo también se reflejan en la nueva ponderación de la cesta de la compra que, como cada año, confecciona el INE para elaborar el IPC.
Comprobamos que en 2012 aumenta el peso de los porcentajes de presupuesto familiar dedicados a las partidas que menos se recortan, por ser básicas, como es el caso de vivienda, enseñanza y alimentación.
Las subidas del precio de la gasolina y de la luz, gas y tasas municipales explican que las familias, aunque pretendieran ahorrar en esas partidas, tengan que gastar un porcentaje mayor de su presupuesto en pagar suministros de la vivienda (alcantarillado, gas, luz, agua,…) y en transporte.
Por el otro lado, otras partidas ven como su participación en el presupuesto de los hogares se reduce. Así sucede con comunicaciones (teléfono, móvil, internet), vestido y calzado, menaje, ocio, salidas (cafeterías, restaurantes…), cultura, servicios deportivos y culturales…
También se reduce la destinada a sanidad, si bien parte de la reducción se puede deber a las medidas implementadas desde la Administración para racionalizar el gasto farmacéutico.

Comprar no, pero reparar sí

Un detalle muy ilustrativo de la situación de crisis en la que estamos se aprecia cuando vemos que, si bien las partidas destinadas a comprar ropa, calzado, electrodomésticos o automóviles descienden, suben claramente todas las relacionadas con la reparación de estos mismos bienes.

Una cesta de la compra… diferente

La alimentación se sigue llevando un buen porcentaje del presupuesto familiar. Pero el análisis de los nuevos hábitos de consumo revela que:
  • Se consume menos carne, excepto de pollo y preparados como la carne picada o la casquería.
  • Se reduce el consumo de pescado fresco, aunque avanza algo el congelado y en conserva.
  • Pesan menos en el presupuesto familiar el agua mineral, los zumos o los licores.
  • Sube el porcentaje de dinero empleado en fruta y verdura.
  • También se gasta más en comprar bebidas alcohólicas como la cerveza o el vino: es típico de esta economía de crisis que se incremente el consumo de estos productos en hogares, al tiempo que se gasta menos en hostelería (restaurantes, cafeterías y bares).

Los consumidores, ante una economía de crisis

En definitiva, un análisis detallado de los datos oficiales, muestran una crisis agudizada, que no cesa y que continúa azotando los presupuestos de los hogares españoles, cada vez más menguados y en los que se tienen que dedicar en un porcentaje creciente a satisfacer las necesidades más primarias.
La mayoría de los hogares españoles, se resienten del aumento del desempleo y de la subida de impuestos, con la reducción de ingresos que eso significa, y que eviten que se disparen partidas en las que ya se está al límite, como el precio de suministros.
Es como si una buena parte de la población estuviera con el agua al cuello braceando nerviosa y respirando con dificultad mientras la marea sigue avanzando. Tras inundar los consabidos sótanos de la precariedad y la exclusión social, la crisis ha alcanzado cotas de la clase media y ha penetrado en estancias tenidas por seguras. La expresión "nunca hubiera imaginado que esto podía pasarme a mí", se recita estos días en una letanía penitente surgida del estupor, la exasperación o la vergüenza.
el riesgo de que el hambre se instale en hogares de familias con hijos pequeños. Las diferentes Cáritas diocesanas acusan a la Administración pública de practicar la "dimisión de responsabilidades" en los servicios sociales, al tiempo que se declaran incapaces de "sustituir la misión del Estado". Algunos analistas creen que el 40% de los hogares españoles está amenazado en mayor o menor grado por esta crisis.
En su versión más cruda, la crisis no ha tocado fondo en las colas ante los almacenes de alimentos de Cáritas, en las oficinas municipales de servicios sociales, en los comedores sociales y los albergues, en las asambleas de parados, en las reuniones de afectados por los embargos. Lo que se encuentra en esos circuitos son, sobre todo, gentes que no hacen pie. Algunos aceptan contarlo; otros muchos se niegan, porque la miseria se oculta y camufla frecuentemente, y el orgullo y la vergüenza impiden, a menudo, gritar socorro.

See full size image

No hay comentarios:

Publicar un comentario