domingo, 11 de septiembre de 2011

cicatrices

hay heridas que son invisibles a nuestros ojos físicos pues no se trata de heridas del cuerpo, sino del alma. De alguna forma u otra, la mayoría de nosotros cuenta con estas cicatrices del corazón.

Estas cicatrices pasan la mayoría de las veces en forma inadvertida a los demás. Sonreímos, saludamos, conversamos con los demás… en forma normal. Somos a veces a los ojos de los demás, personas, a las cuales la vida le sonríe.
Pero bien sabemos que al reflejarnos en el espejo de nuestros recuerdos, vemos allí, las heridas que nadie puede ver, sino solamente nosotros. No podemos borrarlas, ni ignorarlas, ni olvidarlas, solo están allí.

Surge entonces en nosotros un sentimiento de impotencia, que exclama en un suspiro silencioso: “Ah si alguien supiera… de mis heridas y tristezas …”

Quizá ninguna persona las sepa… Muchas personas por impotencia frente a las heridas sufridas en el pasado, Uno puede estar toda la vida preguntándose ¿Por qué me afectó esto a mí? A veces puede encontrar la respuesta y otras veces no. Pero lo cierto es que continuar en este estado, de autocompasión, sin entregar nuestra vida

Cristo entiende de heridas. El fue herido en la cruz del calvario por todos nosotros. Su cuerpo fue maltratado, por los clavos, latigazos, azotes y la corona de espinas.

Aún más, fue despreciado, recibió burlas e insultos. Pero sobre toda las cosas, el mayor dolor infringido fue que todos nuestros horrendos pecados… fueron cargados sobre Él.
Nosotros fuimos los que le provocamos las heridas a Cristo!

No sé si algún día vendrán a pedirte perdón aquellas personas que un día te hirieron

el medico divino quiere tratar tu alma con manos humanas llenas de amor...que nos cura...limpiando tus sufrimientos...vendando tus heridas....no mas cicatrizes del alma....sanando corazones heridos

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