sábado, 14 de enero de 2012

PRIMERA PARTE......¿EL AMOR ENTRE MUJERES? el titulo no esta claro.....


El amor entre mujeres, hay que vivirlo para entenderlo, es tan diferente al que se procesan un hombre y una mujer, pasas toda la vida adolescente, ligando con chicos, bailas con ellos, tienes con quien estar, no te faltan, sin embargo en cada chico que conoces le falta algo, hasta que de repente te haces amiga de una chica que nada lejos de pensar que eres lesbiana, te sudan las manos, te pones nerviosa a su lado, te pasas hablando horas y horas, te pones celosa de sus novios, te conviertes en su mejor amiga, sin embargo tu mente no esta lista para asimilar semejante información que mata por dentro, que hace derrumbarse todos los sueños de princesas, por eso tu familia decide que vayas  a un psicólogo privado y a otro, pero nada en claro, todos te dicen lo mismo, ¿será la época adolescente?,¿ será que no has tenido amigas de verdad?, será y mas serás, entonces te decides a leer sobre la homosexualidad, empiezas a sudar frio pensando que tu puedas ser lesbiana, no puede ser que tu quieras estar con una mujer, sin embargo en todo ese proceso conoces a un chico, que te escucha, que te es leal, que te quiere como eres y acabas pasando por un altar para olvidar todas esas fantasías que no pueden ser mas que fantasías, porque tu quieres estar con un chico, tener una familia, tener hijos, tu quieres tu cuento de príncipes y princesas, porque así te han educado, tu familia nunca aceptara que lleves a una mujer de la mano a su casa, no podrás tener esa vida que soñabas de niña, de eso trata estas letras, de un cuento de princesas sin principes.
Rebeca es una adolescente que aunque sus salidas fueron tardías, despues de conocer a dos amigas Esmeralda y Estrella, su vida se volvio mas normal, mas como ella la desea vivir.
Ellas le ayudan a reconocerse como es, le ayudan a prepararse y ponerse guapa, le ayudan a subir su propia autoestima, le acompañan a donde les pide, no se puede tener amigas mejores.
En vacaciones se va con ellas de viaje, ya que una de ellas tiene residencia en Alicante, una casita en una pequeña ciudad, allí vamos y tomamos el sol, hablamos horas y horas de nosotras, cocinamos, nos preparamos, salimos de marcha, una gran relacion de amistad que nos nutre y nos hace sentirnos felices, por lo menos ella si que es feliz, no se puede ser mas feliz.
Una de las noches de vacaciones, rebeca conoce a un chico, es guapísimo, la verdad que le encantan sus modales, su delicadeza, a medida que lo conocía mas le gustaba, después de miles de conversación con Víctor, se había convertido en un príncipe encantado, sin embargo el príncipe no quería una princesa, quería un príncipe en su vida, entonces sin saberlo se convirtió en su confidente.
Una tarde quedaron a tomar algo, él le quería dar una explicación a su negativa cuando rebeca le quiso dar un beso como un impulso a sus risas y confidencias, entonces le confeso, que solo había tenido una novia, pero no se sentía completo, llevaba meses tratando de quedar con un chico pero es mayor que el, pero cuando va a llamarle se bloquea, rebeca se siente entre sorprendida y aturdida ante tal declaración, el seguía contándole, que no quería perder su amistad, que lo pasaba genial bailando juntos y brindando por la felicidad, cuando brindan por una vida nueva, pues se encuentra pensando cuando conseguirá el valor de llamar a ese hombre, porque en realidad le gusta mucho, pero nadie lo sabe, por eso no le había dicho nada hasta ahora.
También le dijo que nadie sabe de esta vida, que ser homexual, no tiene nada que ver con ser heterosexual, el viene de una familia muy tradicional, se ha intentado integrar en esta vida, pero no le es fácil olvidar a veces sus valores y costumbres, no se siente cómodo con entrar en un cuarto oscuro y dejar que le toque cualquiera, ella se paso todo el rato escuchándole atentamente lo que le estaba contando, la verdad que al escucharle hablar se había acordado de una de sus amigas, no comprendía nada.
ella seguía a lado de sus amigas inseparables,no importa como se conocieron, le viene a la mente el día que se conocieron, cuando estaba fuera de aquella tienda de golosinas por peso, donde podías encontrar todo lo que te apetece en cuestión de dulce, cuando saludo a sus nuevas amigas, se dio cuenta que una de ellas, al saludarle le dio una punzada en el corazón, pero no le dio importancia, debía esconder sus manos en los bolsillos para no parecer una tonta sin saber que decir, menos mal que su otra amiga le hacia mas fácil el encuentro, entonces se dedico a hablar con ella, porque se sentía mas cómoda, ahora al recordarlo empezaba a comprender.
No le faltaban pretendientes, mas bien los rehuye, sabe que no les puede dar lo que ellos quieren, ella sabe que si se acerca mucho a esos chicos, debera tener que ir mas lejos con ellos, seria un problema de niñez, pero se paso escuchando que si le das pie a un chico, acabara queriendo hacer el amor contigo.
Una de esas noches, conoció a Sergio, un camarero, que era todo un caballero y le pago el taxi para que fuera a casa, paso una noche agradable, la verdad sus manos son suaves, después de un sábado de fiesta, deciden quedar al día siguiente a tomar un café, pero ella no va a ningún sitio sin sus amigas, así se siente protegida, lo único que el hizo fue cogerle la mano, y acariciarle la palma con tanta suavidad, que le relajo su mente con esas simples caricias, era como un emborrachamiento de delicadeza, hasta que como todos le decepciono porque el tenia una vida y le invitaba a vivir una vida a ella también, le dio a comprender que no podía dejar su vida, no lo volvió a ver, esa era una ofensa, además seria por hombres en el mundo, ella valía mas que todo eso.
Ella a lo suyo, con sus amigas siguió saliendo por ahí de marcha, cogen el coche de su amiga y se marchan a la ciudad que fuera por una buena fiesta o una buena discoteca, conocen chicos, charlan, la verdad que es demasiado exigente, que se puede esperar encontrar en una noche de discoteca.
Sin embargo encontró a una persona, que hizo que se enamorada de él, le regalo miles de peluches, tenia su habitación llena de sus peluches, el primero fue un pikatxu enorme, sin embargo faltaba ese fuego animal, pero empezo a creer que ella no podria vivir esa sensacion, ¿quizas no era para ella? pero suponía que aparecería con el tiempo.
Se van en su moto por ahí, le pasa  a buscar a su trabajo, le regala miles de detalles un dia cualquiera,van a la nieve, se van de vacaciones, van a un local que aparte de ser sala de billares, tambien tiene multijuegos para jugar en las mesas y preparan unos batidos naturales, ella siempre lo pide de vainilla, es raro que cambie, el siempre varia los sabores, pero no de chica, eran grandes amigos, grandes compañeros.
Ruth siempre lo había tenido claro, había tenido un novio desde el instituto, era una rebelde sin causa, luchando por lo que quiere, luchando por el, con el, tenia su sueño, en su casa no esperaban que fuera nada, por eso les demostró que podía ser lo que quisiera y se saco las pruebas de la policía, a fin de cuentas, de repente se encontró feliz de ella misma, al conseguir sus propósitos, también curso estudios de administración.
Mientras tenia al novio de su vida, era su novio ideal porque nunca tuvo la necesidad de mirar fuera al mundo para saber si habría algo mejor, él tiene lo que busca, cada vez que llega a su casa, se siente de pie a su lado, sabe quien es, le va bien con el, el la comprende, la escucha, un amor que si lo dejaba sabia que la mataría, no había dolor con el, por eso decidió aceptar su pedida de matrimonio, porque él era su mundo, al contrario que Rebeca nunca había sentido impulsos de estar con una mujer ni siquiera ni en sus fantasias sexuales, nada le atormenta su corazón, por eso, después de tener la boda de su vida, tiene un precioso bebe, que fue la alegría de su vida, porque no podía ser de otra manera, una vida a su medida.
Hasta que el departamento de policía le destina a otra ciudad por una sustitución, su marido esta de acuerdo, su hija es pequeña no sufrirá el traslado.
Cuando llegan a la ciudad de Barcelona, se encuentra con un han dicad que debe aprender catalán porque si no es imposible comprenderte con las personas de allí, una vecina siempre le ayuda con todo, pues no le esta siendo fácil adaptarse a la ciudad, echa de menos  su vida anterior, aunque su puesto es mucho mejor que el que tenia, es como si ella se sintiera en la responsabilidad de cuidar de su familia, de su marido y su hija, su familia esta desiquilibrada, es ella quien la sujeta.
En frente del departamento de policía, hay un departamento de arquitectura allí trabaja Rebeca.
Ninguna de las dos cree que sus caminos cambiaran el día que coincidan a tomar café por las mañanas, pues ambas no pueden llevar su vida sin una buena taza de cafés.
Ese encuentro que sus dos historias cambiaran para siempre, pues no sabrán si fue el destino o la casualidad.
Rebeca acabo creyendo en el destino a causa de su vida, había encontrado siempre la manera de encontrar el camino, creyendo que si estaba en ese lugar, si conocía a alguien era porque estaba así marcado, era el destino, cree que el destino esta marcado, queramos o no.
Ruth pensaba  que la misión es llevarlo a cabo lo mejor posible, superando las pruebas que se nos ponen por el camino, porque superarlas es la misión para llegar a ese destino.

Ambas saben que el destino no se modifica sino que son las acciones las que se modifican para llegar a donde tienes que llegar.
Con los años han comprendido que a veces queremos correr tanto, que intentamos llegar rápido sin ver el paisaje, sin saber disfrutar de esa prueba, sin saber valorarla, pero sino valoras el esfuerzo empleado, no puedes saborear el triunfo.
A Rebeca le cambio su destino  el día que conoció a sus amigas, el día que encontró grandes personas que la apoyaron a conseguir sus sueños, a valorarse y quererse tal y como es, no las conoce desde el jardín de infancia pero son tan importantes como si se conocieran desde la mas tierna edad.
Ruth ha aprendido que no hay que arrepentirse del camino que tomas, puede no ser el correcto, pero así lo has decidido, eso le recuerda una amiga suya siempre.
Por eso fue el destino ¿que Rebeca y Ruth se conocieran esa mañana? ¿Sus vidas le llevaron hasta ese momento? ¿Sus caminos se habían entrelazado siempre? ¿Era el destino de ellas conocerse?

Os contare que no tuvieron una conversación muy extensa, fue el choque de sus miradas y sus cuerpos, que se hablaron, que se sintieron.
Dentro en la cafetería  “EL RELAMPAGO”, imaginaos la escena, dos mujeres chocarse con sus tazas de café porque siempre andan corriendo.
Rebeca estaba hablando con la camarera, que muchas veces se sentía mas a gusto con una conversación con ella que con su propio marido, porque ya casi no hablaban por el día, sus trabajos eran tan diferentes, él es locutor de radio de noche y ella trabaja de día, por eso no se ven hasta el fin de semana, ella ya se acostumbró a su nueva vida.
Cuando Elsa le dio su café y se marchaba, en ese instante entraba Ruth, se chocaron y se desparramo el líquido negro puro, sin cortar con leche, en el traje de policía.
_  Perdona, lo siento, que patosa soy, discúlpame.
_  No pasa nada, no te preocupes, tú salías y yo entraba.
_  Si pero mira como te puse, cuanto lo siento.  
_  No te preocupes, cuando vuelva al departamento me pongo otro uniforme, siempre tengo guardado uno en la taquilla para caso como este, que me tiren café por encima.
Rebeca la miraba como que me esta diciendo, entonces Ruth le dijo.
_  Es una broma mujer,  por cierto me iba a tomar un café, quieres uno ya que no lo tomaste, así me invitas y me dices como te llamas, seria mejor para mantener una conversación civilizada.
_  Me llamo rebeca, pues si te invito a un café pero tiene que ser rápido porque tengo mucho trabajo y tengo que acabar un proyecto y mandarlo este mismo mediodía, por eso estoy estresada.
_ Vale,  nos tomamos el café de trago,  es una broma mujer,  yo tampoco tengo mucho tiempo, es lo que tiene trabajar fuera y dentro de casa, además el poco tiempo que tengo me gusta dedicárselo a su hija.
_ Nos pones dos cafés, nos sentamos en la barra y dime ¿como te llamas?
Ahora estaban sentadas en la barra, con un café templado, porque es así como lo pide rebeca todas las mañanas.
_ Me llamo Ruth, por cierto muy bueno el café, bueno señorita después de tomarnos este café al instante nos tendremos que, además tu tenias prisa te recuerdo.
Salieron juntas del bar, se despieron en el paso de peatones, dedicándose que pases un buen día y que todo te salga bien.
Por la tarde después de acabar su jornada laboral, Ruth llego a su casa, su niña estaba jugando con sus juguetes en la salita de aquel piso que habían alquilado y su marido estaba viendo un partido de futbol , le comento que ya le había dado de cenar, la verdad se sentó con el a verlo, saco dos cervezas del frigorífico, mientras que miraban el partido, miraba a su hija, con ternura y cariño, ella estaba ensimismada con sus cuentitos, de repente sin saberlo pensó en rebeca, ¿como le habría ido el proyecto que tenia que entregar?
Después de acabarse el partido, baño a su gran amor,  su niña, la preparo y la metió en su camita, luego cogió un libro para leerle un cuento, pues siempre ella lo había echado de menos cuando era niña, que le contaran cuentos, ella siempre escuchaba como cuento las discusiones caseras familiares.
Ella cree que los cuentos fomentan el gusto por la lectura cuando pueda leerlos ella, se siente que ese vinculo madre e hija, se crece cada noche, fomentando su creatividad e imaginación.
Por eso como cada noche, le leyó su cuento, esta noche eligió uno de Marisa Paredes, entono su voz mas dulce y tierna, acurruco a su hija en ella y empezó a leer.
En un país cercano, tal vez en el nuestro propio, tal vez en la vecina Francia, no hará mucho tiempo, acaso unas semanas, ocurrió una historia de la que no pueden perder detalle… Así que sus ojos abran como platos, porque como en las películas de después de comer, “este cuento está basado en una historia real…

La princesa Glotona, futura heredera del trono del reino Buffet libre, comía y comía y no dejaba nunca ni rastro de todo cuanto caía en su plato. Tanto era así que su madre, la reina Delgada, un día quiso ponerla a dieta de adelgazamiento pues de lo contrario –decía Delgada- su hija nunca encontraría un príncipe apuesto que le pidiera matrimonio.

Glotona solía enfadarse mucho con su madre, pues a ella siempre le apetecía comer, y no era algo que pudiera evitar fácilmente. En especial esos bollitos de leche tan ricos que preparaban en la tienda de enfrente al cole de princesas y que todos los recreos hacían las delicias de Glotona.

Además, el resto de princesas que estudiaban con Glotona tampoco la comprendían… Todas querían tener unos tipos estupendos como las de los modelos que salían por televisión… Y para Glotona, eso no era lo importante. Lo importante y lo que más le divertía era poder desplazarse rodando, pues estaba tan regordeta que rodaba en lugar de caminar, y era capaz de rodar escaleras abajo y bajar un tramo de más de diez peldaños en apenas un par de segundos. Pero nadie más compartía sus aficiones. Así que, día tras día, se sentía muy muy sola…

Y una tarde de primavera, después de haber discutido con su mamá la reina Delgada, la princesa Glotona jugaba sola en el lago. Observaba su reflejo en el agua mientras pensaba con el gesto más apenado del mundo si alguna vez se casaría con un príncipe que la quisiera y la aceptara tal como era. “Seguro que lleva razón mi madre… Soy tan fea que nunca me querrán” se atormentaba Glotona.

Enfrascada se hallaba nuestra princesa Glotona pensando en montañas de rosquillas de azúcar, en bastones de caramelo, en dulces cruasanes de chocolate, cuando un sapo de charca con un aspecto muy similar al de los cuentos, vino a distraerla…

-¡Hola, princesa!

-¡Hola, sapo! ¿Cómo es que tú hablas?

-Normalmente no lo hago… Pero un pajarito me ha dicho que andabas con problemas y un poco sola y he pensado en venir a verte…

-¿Tú también quieres meterte conmigo, verdad?

-No, princesa. Yo he venido a ayudarte.

-¿Y cómo vas a hacerlo?

-Pues para empezar, creo que no deberías enfadarte tanto con tu madre. Ella sólo quiere lo mejor para ti.

-Sí, como si fuera tan fácil… Mi madre se mete conmigo, las princesas del cole se meten conmigo… ¡Y ahora también vienes tú a meterte conmigo!

-No, princesa… Yo sólo quiero ayudarte y ser tu amigo. Mira, te contaré un secreto… Hace tiempo yo comía muchísimas ranas, y me encantaban… Comía ranas, lagartijas, camaleones… Comía muchísimo, probablemente mucho más de lo que tú seas capaz de imaginar. Sin embargo, un día me di cuenta de que muchas veces me dolía la tripita después de las comilonas… Y eso me impedía bañarme en la charca y jugar con otros sapitos amigos…

-Ya, a mí también me duele muchas veces… Y es un fastidio… Hoy mismo me duele un montonazo. ¿Qué es lo que hiciste para comer menos?

-Pues simplemente empecé a comer más sano… Y me puse en manos de un doctor de sapos, que me dio unas normas básicas para la alimentación.

-¿Cómo por ejemplo?

-Por ejemplo no picar salamandras entre horas, y comer iguana sólo una vez a la semana…

-Pero yo no como salamandras… ¡Ni tampoco iguanas!

El sapo soltó una carcajada.

-Claro, princesa…Pero bien sé yo lo mucho que te gustan esos bollitos de leche de la panadería de enfrente al cole…
Esta vez fue la princesa quien río divertida, aunque también algo avergonzado.

-Además, princesa, no es sólo una cuestión de belleza… A mí me pareces hermosa, pero si te digo todo esto es porque creo que es importante para tu salud.

-¿Porque me dejaría de doler la tripita?

-Por eso, y porque te sentirías más sana y más ligera… Podrías caminar sin fatigarte tanto, subir escaleras sin dificultad, dormir como un lirón…

-¿Como un lirón?

-Vamos, tranquila y sin despertarte, princesa…

-Ah…

El sapo y la princesa se miraron largamente… Empezó la princesa:

-No te falta razón, sapito… Pero me cuesta y no tengo mucha fuerza de voluntad…

-Eso no es problema, princesa. Yo te ayudaré. ¿Me dejarás?

-Claro que sí. Además, ahora ya sé que puedo contar con un amigo.

-Me alegro de que por tu amigo me tomes, princesa.

-¿Puedo pedirte algo más?

-Adelante.

-¿Me das un bollito de leche?

-¿Cómo?

-No, era una broma…

Ambos rieron. Glotona volvió a ponerse seria.

-Verás, sapito…

-¿Qué pasa?

-Me da un poco de vergüenza…

-Pues no tienes por qué tenerla. Recuerda que ahora somos amigos.

-Es que mi madre, siempre que me duele la tripa, me hace el “Cura sana” y se me pasa el dolor en un periquete. ¿A ti te importaría…?

-¡Yo encantado, mi princesa!


Y fue así como el sapito le hizo el “cura sana” a la princesa Glotona, pero lo que ninguno de los dos podía imaginar tras el consabido “cura sana culito de rana, si no curas hoy curarás mañana, pero mejor ahora porque me da la gana”, y con el beso que el sapo depositó sobre la mejilla de la princesa, es que éste se convertiría en un magnífico príncipe que ayudó a Glotona a regular su alimentación y volverse una sana princesita. Años después, el príncipe Sapo (que de su pasado en el mundo animal heredó tal apodo) y la princesa Glotona se casaron y formaron el reino de “La buena alimentación” y una familia feliz de sapos y princesas… Y todos fueron requete felices… pero sin abusar de las perdices.
Antes de acabara su niña ya se había quedado dormidita, pero no quería que se despertara por eso acabo el cuento, después se desembarazo de ella, poniéndola cómoda, tapándola con su mantita, le puso su osito cerquita de ella, le dio las buenas noches, le dio un  beso en la frente, salió del cuarto despacio y dejo entreabierta la puerta como todas las noches.

Después se dio una baño tranquila, mientras su marido preparaba la cena para los dos, los dos eran amantes de las ensaladas y el queso, él le quiso sorprender con una ensalada diferente, pues comían ensaladas hasta en invierno, tenían media estantería del salón cubierta con libros de ensalada.
Para prepararle esta ensalada, comenzó por cortar los tomates cherrys en mitades, corto varios tipos de quesos en cuadrados, separo las endivias en hojas, corto los pepinos, pico la escalonia y las aceitunas en rodajas, abrió la lata de bonito, pico la cebolleta finita, pico unos dados de piña, tenia cocidos los langostinos del mediodía y unas fresas partidas a la mitad, todo bien puesto en dos platos, porque le daban mucha importancia a la imagen.
Luego hace la vinagreta, con el aceite de oliva, el vinagre de Módena, sal y la albahaca picada, para ponerla en una salsera, porque no le gusta a ella mezclar todo los ingredientes.
Cenaron en la sala viendo una película de la televisión, mientras se pusieron a hablar de sus cosas, de como les había ido el día, entonces le conto a su marido lo mas significativo, que había conocido a Rebeca.
Después de acabar la película se fueron a la cama, el día había sido agotador, además aun era principio de semana.
En algún otro lugar de la ciudad, Rebeca estaba sola, se sentía sola, porque su marido nunca estaba con ella por las noches y sus amigas tenían sus vidas, hablaban por teléfono pero tenían sus maridos y sus hijos.
Lo mas emocionante era su trabajo, haber entregado ese proyecto de aquel edificio que le habían pedido, había sido lo mas fascinante que había echo en el día, porque su vida empezaba a ser de blanco y negro.
Estaba viendo un programa de la tele con un pizza en el salón, su vida estaba cambiando de color, no había altares ni credos, no existían lazos de amor, porque aunque su marido no había partido, ella no sentía ese calor, siempre pidiéndole un beso, siempre pidiéndole que le escuchara, a veces piensa que lo mejor seria romper esta relación, pero no puede estar sin el, él se ha convertido en su dependencia, en su apoyo, su vida es una huella de él, todo lo que ha conseguido ha sido gracias a él.
Sin embargo ¿se pregunta que clase de vida es esta? Cuando llega de su trabajo siempre esta sola, no tiene a quien contarle sus preocupaciones o sus alegrías, cuando llega al amanecer ella esta a punto de irse a su trabajo.
Ella sabia que era el trabajo que esperaba desde hace tiempo y no quería ser egoísta con el, entonces, le mando un SMS, no acostumbra a llamarle al trabajo, en el cual ponía:
Te echo de menos, me voy a dormir ya, espero que tengas una buena noche. Te quiero
Escueto lo sabe, pero que le va a decir mas, en realidad se sentía mal, se metió en la cama esperando que esta desazón pasara.
Durante niña se había planteado tantas preguntas y esas preguntas siempre vuelven en noches como esta y no sabe las respuestas, porque sabe que deben existir, quiere volar, quiere olvidar su dolor, tampoco comprende porque sufre, en realidad no tiene motivos para sufrir, pero su vida no puede ser esta.
Desde siempre ella había querido ser independiente, sin embargo esto rozaba la vida solitaria, porque esto era como vivir sola y no le gusta sentirse sola.
No puede decir que no lo ama, que no lo quiere, pero ahora ve las cosas diferentes, ha cambiado. Ha evolucionado, eran un buen equipo o eso cree ella, aun no comprende que ha pasado, un día se levanto y toda su vida se fue por las tuberías, sin control, sin fuerzas para parar el rumbo de las cosas, dudaba de ese amor, un amor que le había ofrecido todo, él lo sabia todo sobre ella, sin embargo fallaba algo, quizás no tener secretos, que lo supieran todo el uno del otro no había ayudado, sin embargo este malestar solo formaba parte de ella, sabia que debía cuidar de ella misma, su vida debía ser suya, era su responsabilidad estar bien o mal, sin implicarle a él, en esto, por eso se acordó de algo que leyó en uno de sus libros favoritos, Beatriz y los cuerpos celestes.

No intentes enterrar el dolor, se extenderá a través de la tierra, bajo tus pies, se filtrara en el agua que hayas de beber y te envenenara la sangre. Las heridas se cierran, pero siempre quedan cicatrices mas o menos visibles que volverán a molestar cuando cambie el tiempo recordándote en la piel su existencia y con ella el golpe que las origino. Y el recuerdo del golpe afectara a decisiones futuras, creara miedos inútiles y tristezas arrastradas, y tú crecerás como una criatura apagada y cobarde. ¿Para que intentar huir y dejar huir de la ciudad donde caíste? ¿Por la vana esperanza de que en otro lugar, en un buen clima más benigno, ya no te dolerán las cicatrices y beberás el agua mas limpia? A tu alrededor se alzaran las mismas ruinas de tu vida, porque allí donde vayas llevaras la ciudad contigo. No hay tierra nueva ni mar nuevo, la vida que has malogrado malograda queda en cualquier parte del mundo.
Existe un solo lema, la vida y la vida es siempre la misma, una misma radiación impregna al universo entero y no esta asociada a ningún objeto en particular. Todos nuestros actos, todos nuestros amores, son repeticiones de otros ya acaecidos y por eso siempre encontramos en un libro la respuesta de algunas de nuestras preguntas.
El problema radica en que no entenderemos nada de lo escrito en tanto no lo hayamos vivido de un modo u otro y me parece que yo ahora y solo ahora empiezo a comprender frases leídas hace tiempo.
Ahora comprendo que la ciudad me sigue, que camino siempre por las mismas calles y que hace falta desenterrar la angustia para que no se pudra bajo mis pies. Por esta razón dejo una ciudad y regreso a otra. Porque sé que en el fondo habito siempre la misma. Creí dejar atrás el sufrimiento y he comprendido que lo llevo conmigo y ahora vuelvo a la misma ciudad que odiaba tanto.
Horas de borrones como cuando escribes y borras porque no te parece correcto ni guardarlo ni enviarlo a nadie, embrollo de horas húmedas y grises transcurrían en una monótona sucesión, un rosario de fechas empapadas de nostalgia, una detrás de otra, solo diferenciadas por el nombre del calendario asignado a los días.
La angustia, un bosque fantasma, se iba hundiendo levemente en el tiempo en el tiempo cenagoso, aquella angustia ante lo borrado, ante el pasado, ante el presente, ante lo perdido, que se iba posando dentro, como una lluvia interior.
Así se quedo dormida Rebeca, recordando aquello que leyó una vez.






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