miércoles, 30 de noviembre de 2011

  • El que no pide nada a cambio. El amor verdadero no duele.
  • Todos los amores son maravillosos al principio, pero es raro encontrar un amor hermoso al final, y si lo encuentras, ese es un amor verdadero.
  • El verdadero amor: no te hace sufrir, no se convierte en odio. Se consigue con la iluminación. El verdadero amor no tiene opuesto, surge de más allá de la mente.
  • Otra persona consciente en tu vida: Tu eres el único que puede mantenerte en el momento presente, pero si estás con alguien intensamente consciente en ese estado de presencia, te ayudará a acelerar las cosas. (si juntas un tronco ardiendo con otro que no, arderá más rápidamente).
  • Conocerse como el Ser que está debajo del pensador, la quietud que está debajo del ruido mental, el amor y la alegría por debajo del dolor, eso es libertad, salvación, iluminación.
  • Si dejas la "yoidad", la mente pierde la cualidad compulsiva y la tendencia a juzgar y a resistirse a lo que es. En ese momento has creado espacio para el amor, para la alegría, para la paz.
  • Primero dejas de juzgarte a ti mismo, después dejas de juzgar a tu pareja. Aceptas totalmente a tu pareja tal y como es y por lo tanto no intentas cambiarla. Eso te lleva más allá del ego, y los juegos mentales y el apego adictivo se acaban.
  • Con la aceptación total se termina la codependencia y entráis juntos más profundamente en el ahora, en el Ser.
  • Cuando las relaciones no tienen sus raíces en el Ser, se convierten en fuente de dolor y están dominadas por los problemas y conflictos. No puedes transformarte a ti mismo ni a tu pareja, ni a ninguna otra persona, lo único que puedes hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación y entre la gracia y el amor en tu vida.
  • Si sigues intentando alcanzar la salvación a través de una relación, te sentirás desilusionado una y otra vez. Pero si aceptas que la finalidad de las relaciones es hacerte consciente en lugar de hacerte feliz, entonces te ofrecerán salvación.
  • La cordura, la conciencia solo puede llegar a través de ti.
  • Cuando empiezas a discutir, te has identificado con una posición mental y defiendes tu sentido de identidad, el ego se pone al mando, estás siendo inconsciente.
  • Puede ser apropiado que señales a tu pareja ciertos aspectos de su comportamiento, estando alerta, sin culpar, acusar ni decir al otro que está equivocado. Si tu compañero/a se comporta inconscientemente, renuncia a juzgarle, ya que proyectarías tu propia inconsciencia en la otra persona y confundirías tu proyección con su identidad.
  • Esta renuncia a juzgar no implica que no reconozcas la disfunción y la inconsciencia cuando la veas. Es ser el conocimiento en vez de la reacción. Te liberas de la necesidad de reaccionar o reaccionarás conservando el conocimiento. Pones luz y traspasas la ilusión. Así se crea un espacio claro de presencia amorosa que permite a todas las personas y cosas ser como son. Si haces de esto tu práctica, tu pareja no podrá seguir a tu lado y continuar siendo inconsciente.
  • Cuando los 2 llegáis al acuerdo de que la relación va a ser vuestra práctica espiritual, tanto mejor, podréis expresar vuestros pensamientos, sentimientos o reacciones en cuanto se produzcan.
  • Aprende a expresar lo que sientes sin culpar, aprende a escuchar a tu pareja de manera abierta, sin ponerte a la defensiva. Dale espacio para expresarse. El amor no puede florecer sin espacio. Reflejaréis el amor que sentís en vuestro interior. Ese es el amor que no tiene opuesto.
  • El mayor obstáculo para los hombres suele ser la mente pensante y para las mujeres el cuerpo-dolor.
  • Realización del propósito divino y transpersonal de tu relación, se convertirá en un vórtice de conciencia que absorberá a otras personas.
  • Cuando siendo consciente una relación se rompe, es porque no ha habido amor verdadero por parte de uno o de los dos, acéptalo.

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