miércoles, 30 de noviembre de 2011

  • Vive el momento, pues cada uno es precioso y no debe malgastarse. Vive cada momento de tu vida, pues todos son preciosos y no debes malgastarlos. Te has perdido un montón de puestas de sol, brisas veraniegas.
  • Nadie cambia en el futuro, la transformación es siempre aquí-ahora. El momento presente contiene la clave de la liberación, pero no puedes encontrar el momento presente mientras seas tu mente. Ve siempre a favor no en contra.
  • Mantente presente, mantente consciente, atento para observar el cuerpo-dolor directamente y sentir su energía, así no podrá controlar tu pensamiento. Cuando el pensamiento se alinea con el cuerpo-dolor, te identificas con él y lo vuelves a alimentar con tus pensamientos.
  • Debajo de la ira, siempre hay dolor. Hay que mantenerse presente como observador de lo que ocurre dentro de ti.
  • A partir del cuerpo-dolor te fabricas un yo infeliz y te identificas con esa ficción mental.
  • El eterno presente es el espacio donde se despliega la vida.
  • El recuerdo del pasado lo haces en el ahora, y el futuro es un ahora imaginado, una proyección de la mente.
  • Cuando honras el momento presente, toda infelicidad y esfuerzo se disuelven y la vida fluye con alegría y suavidad.
  • No te preocupes por el fruto de las acciones, mantente atento en la acción, el fruto ya vendrá cuando corresponda.
  • Si tu atención está en el ahora, sientes presencia, quietud, paz, no dependes del futuro para conseguir satisfacción o la realización, no buscas en el la salvación, no te apegas a los resultados, ni el éxito o el fracaso cambian el estado de tu Ser. Te quedarán cosas por conseguir, pero a un nivel más profundo ya estás completo, y cuando eres consciente de ello, todo lo que haces está envuelto de energía positiva, no te paraliza el miedo al fracaso. Ni tu felicidad ni tu sentido de identidad dependen de los resultados, estás libre de miedo, no buscas la permanencia donde no se puede hallar, en el mundo de la forma. No pides que las personas, situaciones o condiciones te puedan hacer feliz y después sufres si no responden a tus expectativas.
  • Antes de poder ser plenamente consciente, pasas un tiempo yendo y viniendo entre la conciencia y la inconsciencia. Finalmente la presencia se convierte en tu estado predominante.
  • Presta atención al presente, a tu comportamiento, tus reacciones, estados de ánimo, pensamientos, emociones, miedos y deseos, sin criticarlos ni analizarlos.
  • No trates de entender el pasado, sino de estar todo lo presente que puedas. Mientras estás en estado de intensa presencia, estás libre de pensamientos, en calma y muy alerta. Si tu atención consciente desciende, el pensamiento penetra, vuelve el ruido mental y la quietud se pierde, vuelves al tiempo.
  • Si prestas atención al ahora, estás plenamente alerta, no te queda nada de atención para soñar despierto, pensar, recordar, anticipar, no hay tensión ni miedo.
  • Se necesita presencia para tomar conciencia de la belleza, de la majestad, de la sacralidad de la naturaleza, abandonas tu equipaje de problemas, pasado, futuro y tu conocimiento.
  • El engaño es creer que tú eres tu mente. Hay que liberarse de la esclavitud de la mente: estado de conciencia.
  • Vemos y juzgamos el presente con los ojos del pasado. Nos tortura la cabeza, agotando nuestra energía vital. Este parloteo genera mucho dolor e infelicidad y también enfermedades.
  • La verdadera liberación, es liberarse de la mente. Aprende a no identificarte con tu mente. La mente es un instrumento, una herramienta. La no-mente es conciencia sin pensamiento. Genera pensamiento compulsivo. Cuando estás muy presente, la mente se para automáticamente.
  • Pierdes el tiempo hablando de lo que había hecho y de lo que iba a hacer. Nunca había disfrutado de lo que pasaba en el momento.

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