miércoles, 30 de noviembre de 2011

  • Puedes tocarla, sentirla, vivirla pero no pensarla, si piensas te alejas.
  • La energía al no ser usada en la acción, se va al pensamiento. Hay que dejar de pensar, pero no volviéndote inconsciente, sino estando más alerta, más atento, siendo un observador, se disolverá la inconsciencia en la consciencia.
  • Lo divino está en todos sitios, no hay que ir a un templo. Nada está vacío, todo está lleno de lo Divino, todo está rebosante de divinidad, cada árbol, cada río, cada océano. Puedes llamarlo la verdad, o lo que quieras, pero lo real está en todas partes.
  • Tu mundo es lo que tú eres, y hay tantos mundos como personas.
  • La búsqueda es un deseo. Cuando dejas todos los deseos, cuando ya no tienes ningún motivo para ir a ninguna parte, de repente descubres que estás iluminado.
  • Quedate en silencio. Deja que las cosas sean a su manera y no habrá ni ir ni venir. Obedece a la naturaleza de las cosas, y andarás libre y tranquilo.
  • El hombre sabio no persigue ninguna meta. Vivir es el Gran Camino. Cuanto más te apresuras, más lento vas y el apego no tiene límites. Deja que las cosas sean a su manera y no habrá ni ir ni venir. Eres el camino y la meta.
  • La verdad está delante de ti, no es ni fácil ni difícil. No es cuestión de esfuerzo, es cuestión de despertar.
  • La iluminación nunca se alcanza, ocurre. La mente que busca conseguirla nunca la alcanza. Conseguir y alcanzar es obsesión del ego. El que lo consigue es aquel que no está tratando de conseguirlo, el que está feliz donde está, que es feliz siendo lo que es, el que no tiene meta. No esperes, no hagas ningún esfuerzo, no crees ninguna meta.
  • Goza la vida tal como fluye, mientras dure, canta, baila y deja que Dios se preocupe. Deja que las cosas sean a su manera, no intentes cambiar nada.
  • Conocer la verdad es conocer la totalidad de las cosas. Nada puede existir sin su opuesto. Las cosas existen por la vía de los opuestos. Si hay un comienzo tiene que haber un final. Abandona la mente pues no puede ver la totalidad. No existe nada sin su opuesto.
  • Dejarlo todo a la vida, no desear, no hacer demandas, simplemente ve donde la vida te lleve.
  • Todo lo que desees irá mal. Cuando el deseo desaparece, llega la confianza, eso significa ir por la vida sin ninguna expectativa, sin deseos. Aceptando lo que sea que ocurra.
  • Al pedir ayuda a tu Dios, tu mismo te estás creando sufrimiento.
  • La clave es estar más alerta y consciente, de modo que puedas ver que los opuestos ser conviertan en uno y las dualidades cesen.
  • Cuando estás en equilibrio, no demandas amor, no te aferras a nada, ni amas ni odias. Se acaba la dualidad, hay que ver los opuestos juntos. De repente estás vacío, no hay ni amor ni odio, te vuelves libre.
  • Cuando alcanzas cierto nivel de conexión interna, reconoces la verdad cuando la oyes. Toda verdad espiritual, está en lo más profundo de ti. Lo único que puedes hacer es recordarte lo que has olvidado.
  • Tal vez lo que tengáis que aprender aquí sea que tenéis todo el tiempo del mundo.
  • El conocimiento es la luz que iluminará vuestro camino. No hay nada más hermoso que la luz del conocimiento.
  • No conocéis la verdad, y la verdad es amor.
  • La verdadera salvación es plenitud, paz, vivir la vida al máximo. Es ser quien eres, sentir dentro de ti el bien que no tiene opuesto, la alegría de Ser que no depende de nada externo a sí misma.
  • La verdadera salvación es un estado de libertad, libertad del miedo, del sufrimiento, libertar de percibirse en un estado de carencia e insuficiencia, libertad de deseo, necesidad y apego, libertad del pensamiento compulsivo, de la negatividad y sobre todo, de la necesidad psicológica del pasado y del futuro.
  • Encuentras a Dios en el momento en que te das cuenta de que no tienes que buscarlo.

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