miércoles, 30 de noviembre de 2011

  • Las cosas que hoy te dan placer, mañana te producen dolor.
  • El amor es placentero y excitante un tiempo. Muchas relaciones amorosas oscilan entre el amor y el odio, la atracción y la agresión.
  • Si no estás presente, las relaciones íntimas pueden acabar fracasando o serán disfuncionales (posesividad, celos, control, retraimiento, resentimiento, necesidad de tener razón, insensibilidad, exigencias emocionales, manipulación, tendencia a discutir, criticar, juzgar, culpar o atacar, rabia y venganza), pueden parecer perfectas mientras estás enamorado, pero va cambiando con las discusiones, conflictos, insatisfacciones, violencia, ...
  • Las relaciones amorosas pasan a convertirse muy pronto en relaciones de amor/odio. Tu existencia adquiere repentinamente significado, porque alguien te necesita, te quiere y te hace sentirte especial, y tú haces lo mismo por ella o por él. Pero esta intensidad tiene una cualidad de necesidad y apego, te vuelves adicto a la otra persona, actúa como una droga, si está disponible te sientes bien, pero si no está, te provoca celos, posesividad, intentos de manipulación mediante chantaje emocional, culpas y acusaciones, en resumen miedo a la pérdida, ¿fue amor lo que hubo en primer lugar o sólo un apego adictivo?.
  • Si en tu relación experimentas tanto un sentimiento de amor como su opuesto, estás confundiendo el apego adictivo con el amor. El verdadero amor no tiene opuesto. Las adicciones surgen de una negativa inconsciente a encarar y traspasar el propio dolor.
  • Muchas veces se confunde la necesidad con el amor

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