sábado, 29 de octubre de 2011

anorgasmia femenina

El trastorno del orgasmo, o más conocido como anorgasmia, es la incapacidad para llegar al orgasmo aun cuando se está recibiendo la estimulación adecuada, o exista gran deseo sexual y/o las condiciones medioambientales sean las apropiadas para ello. Según el manual de diagnóstico de enfermedades mentales, el trastorno del orgasmo es la ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo después de una fase de excitación normal (tanto en duración como en intensidad). Cuando se habla de anorgasmia, suele tratarse de la de las mujeres, pero puede afectar también a los hombres. Para su diagnóstico debemos tener en cuenta diversos factores como la edad del o la paciente, la experiencia sexual y la intensidad y la duración de la estimulación erótica recibida. Las mujeres presentan una amplia variabilidad en el tipo e intensidad de estimulación que conduce al orgasmo. Como en las otras disfunciones sexuales también produce malestar psíquico y problemas en las relaciones interpersonales. ¿Qué provoca la anorgasmia femenina? El orgasmo femenino es un proceso complejo que tiene componentes biológicos, psicológicos y sociales. Su disfunción se relaciona con el desconocimiento de la propia anatomía y la función genital, en particular, del clítoris y de la eficacia de la estimulación. La estimulación directa del clítoris y de la zona de alrededor puede dar lugar a un orgasmo sin penetración en la vagina (esto es lo que ocurre con la masturbación). Las principales causas de anorgasmia son de naturaleza psicógena. Los motivos que la producen son: Causas conductuales: la estimulación insuficiente del clítoris (respecto al umbral orgásmico de cada mujer). Entre las causas psicológicas, los factores más frecuentes son: la autovigilancia durante la relación sexual; la ansiedad asociada a la expectativa del orgasmo y el intento de controlarlo; sentimientos de culpabilidad (creencias erróneas sobre el derecho de experimentar placer); dudas sobre los sentimientos hacia la pareja; la baja autoestima o mala imagen de una misma. Otras causas: suceso traumático (abusos sexuales, violación), trastornos del estado de ánimo o una enfermedad médica. Se han realizado estudios controlados que han demostrado que la capacidad orgásmica no se correlaciona con el tamaño de la vagina o con la fuerza de la musculatura pelviana. En cambio, mujeres que presentan lesiones medulares, reconstrucciones medulares o escisiones de la vulva pueden presentar anorgasmia (pero en este caso estaríamos hablando de un trastorno sexual debido a una enfermedad médica). Existen causas fisiológicas como son los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, el climaterio o la vejez. Puede existir anorgasmia inducida por sustancias o fármacos (como las benzodiacepinas, antidepresivos y antihipertensivos). ¿Cómo se trata en las mujeres? Existen recomendaciones generales para todas las disfunciones sexuales que se han mencionado en anteriores secciones. Comentaremos las recomendaciones terapéuticas específicas para este trastorno: Existe un programa de autoayuda para reducir la ansiedad a la hora del coito, desarrollado por Lo Piccolo y Lobitz (1972), que consiste en asociar la masturbación con la focalización sensorial (entrenamiento en la masturbación). Podemos también asociar ejercicios del músculo pubocoxígeo para mejorar la tonicidad de la musculatura pélvica. Consta de las siguientes fases: autoobservación del cuerpo y los genitales; autoexploración de los genitales; localización de las áreas más placenteras; autoestimulación y fantasías eróticas; masturbación con vibrador; focalización sensorial no genital; masturbación en presencia de la pareja; focalización sensorial genital; coito. Maniobra “del puente” (Kaplan) que consiste en la estimulación concomitante del clítoris con la introducción vaginal. En el momento de la penetración, la misma mujer o la pareja deben estimular de forma simultánea el clítoris. Debe retrasarse el momento de la penetración hasta que la mujer presente una elevada excitación, entonces se da fin a la estimulación del clítoris para alcanzar el orgasmo sin necesidad de esta estimulación. Se procede a identificar, analizar y modificar las interpretaciones o pensamientos erróneos (proceso denominado reestructuración cognitiva), cuando existen, por ejemplo, elevadas expectativas de la relación sexual, culpabilización y responsabilización (como si la mujer fuera la única responsable del placer sexual). ¿Cómo evoluciona? Si se combinan las diferentes terapias (teniendo en cuenta la causa de la disfunción) un 82% responde al tratamiento durante el primer año en el caso de las anorgasmias primarias y un 76% en las anorgasmias secundarias. Trastorno del orgasmo masculino Como se ha mencionado anteriormente, es un trastorno infrecuente en los varones. Normalmente va asociado a un deseo sexual inhibido o a eyaculación precoz. La eyaculación precoz es un trastorno del orgasmo masculino, pero dada su importancia y su frecuencia en la población se trató con detalle en una sección anterior. En general se identifica eyaculación con orgasmo. La forma más frecuente de anorgasmia en el varón, es la incapacidad de alcanzar el orgasmo durante el coito, pero en cambio se puede presentar durante la masturbación. Algunos de ellos, después de un largo periodo de estimulación no coital, pueden llegar al orgasmo coital. A veces, al iniciarse la excitación, se va instaurando de forma gradual una sensación desagradable. Si se oculta el trastorno del orgasmo a la pareja puede ser motivo de infertilidad desconocida. Los problemas en el orgasmo que suceden ocasionalmente y que no ocasionan malestar ni dificultades en las relaciones no se consideran un trastorno. Con la edad el varón experimenta la necesidad de un periodo más largo de estimulación para llegar al orgasmo. Esta disfunción puede presentarse tanto en la relación sexual con la pareja, como en la masturbación. Las causas de la anorgasmia masculina atienden con mayor frecuencia a causas psicológicas y son similares a las de otras disfunciones sexuales: la ansiedad y la excesiva presión bloquean o retrasan la eyaculación. También puede darse en el caso que hayan lesiones de la médula espinal y enfermedades neurológicas. Y, como en el caso de las mujeres, algunos fármacos también pueden desencadenar este trastorno (por ejemplo, los antihipertensivos, antidepresivos, benzodiacepinas). ¿Existe tratamiento en el caso de los hombres? Se trata de un trastorno poco estudiado (baja frecuencia en la población), por lo que no se dispone de datos sobre la eficacia del tratamiento. Los tratamientos existentes son de tipo psicológico (siempre teniendo en cuenta la causa que lo provoque). Se debe indicar de forma individualizada: Programa de entrenamiento en autoestimulación (conocimiento de los genitales y técnicas de entrenamiento en la masturbación). Programa que requiere una serie de pasos (incluye a la pareja) : masturbación en presencia de la pareja; consecución de la eyaculación con estimulación de la pareja; eyaculación lo más cerca posible de la entrada vaginal; estimulación precoital intensa del pene y penetración con movimientos progresivos de la mujer, en posición superior. La falta de estudios adecuados metodológicamente no permite establecer conclusiones sobre el tratamiento de esta disfunción. Existe tratamiento farmacológico que puede asociarse al tratamiento psicológico; se trata del cloruro de betanecol a dosis de 5-30 mg , dos o tres veces al día.

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