miércoles, 26 de octubre de 2011

mi soledad y yo

Hay quienes dicen que les gusta estar sola, muchas veces nuestros sentimientos necesitan soledad, también influye quien esté cerca o lejos de nosotras.
Pero hay quienes tienen tanto miedo a la soledad que les resulta hasta difícil hablar de ella, porque están solos pero no quieres sentirte solo.
A veces nadie quiere sentirse sola y yo me apunto al clan aunque tengo disfrutado mucho de mi soledad porque me gusta interiorizar dentro de mí aunque ha habido momentos difíciles que me ha costado disfrutar de mi soledad.
Me gusta leer y escribir sola, escuchar música sin que nadie me pida que baje el volumen o que no le guste lo que pongo o que paso demasiado tiempo escribiendo.
Antes iba al cine sola no importaba, me gusta disfrutar de la película, meterme dentro de los personajes, estar en silencio mirándola, sin embargo a causa de mi trabajo perdí la costumbre de ir al cine, no había tiempo y si lo había quería hacer otras cosas.
La soledad te da permiso para pensar y sucumbir en tus pensamientos en más de una ocasión, hace que puedas tener tiempo de meditar sobre lo que te ocurre.
La soledad en muchos momentos de mi vida ha hecho que me proponga metas que hasta que no he conseguido no he parado de intentarlo, me ha respondido con momentos gratos viéndome a mí misma, escuchándome en silencio.
A veces guardamos cosas en un cajón para que no nos hagan daño y la soledad te permite que lo dejes estar ahí hasta que puedas sacarlo sin sentir dolor.
He tomado decisiones que puede que hayan sido equivocadas o no en su momento parecían las mejores decisiones, parecían el camino a seguir, al fin y al cabo eran mis decisiones que a veces no han resultado las acertadas para volver a guiarme con mi soledad y yo.
Ahora muchos días añoro la soledad y en cambio cuantas noches tengo maldecido ese estado donde no tenía con quien compartir mi día simplemente, ahora casi no disfruto de mi soledad, pero ahora me doy cuenta que se le puede sacar mucho partido a la soledad, no hay que tenerle miedo, porque si le coges la mano y caminas de su lado puedes aprender más de lo que imaginamos.
Siempre he necesitado mi espacio, mi refugio que me permita viajar a solas, tener largas conversaciones conmigo misma y cuando no puedo estar con ella, el extraño para acabar buscándola y encontrándola, porque da igual la compañía que me preceda yo necesito mi lugar donde solo estar yo y mi soledad.
Aunque también la soledad puede oprimirte el pecho, agobiarte pensando que siempre estarás sola, sensación abrumadora que no te deja poder vivir feliz.
La verdad que mi estado de ánimo influye mucho para convivir con la soledad, porque hay veces que da miedo estar a solas sin tener que decirte, ni tener con quien reír hasta discutir si me apuráis.
Ahora echo la vista atrás y encuentro las respuestas no a todas las preguntas, tampoco a todas las situaciones, no hay agonía la soledad me abraza a diario y siento su cariño, pues ella será quien me ayude a saber valorar la compañía, es quien nos cura las heridas cuando alguien nos hiere.
Ahora me llegan recuerdos de la infancia hasta la adolescencia, veo a la niña extrovertida, feliz, despreocupada por la vida fuera de esa burbuja que ella misma había creado para su dicha que vivía en un presente gozoso.
Con la mayoría de edad, empezó a vivir sueños no alcanzados, sueños a oscuras, que hoy se prestan en mis letras, la vida va pasando y como hay personas que amanecen un día dejándote una huella profunda y otro día debes dejarlas libres, amistades que se darías tu vida por su bienestar y felicidad para un día convertirse en desconocidos.
Esta escritora que se entrega a un papel, le cuesta entregarse en palabras a otra persona, se ha vuelto tímida con los años e insegura a la hora de enfrentarse a su mundo por miedo a no ser querida, por miedo que si dice lo que siente perderá su afecto, por miedo de que una discusión le haga perder lo que más quiere……miedos y más miedos por intentar el camino que desea que sea para ella.
La soledad me está haciendo que pueda ver y sentir lo que ha presidido anteriormente a este mismo momento, hace que cuando tengo un mal día recuerde un caprichoso instante feliz, porque que sería de nosotros sin esos pequeños instantes felices para sobrellevar las equivocaciones.
Podría decir que recuerdo mi primer beso, mi primera caricia, mi primer amor, mi primera mirada, que fue en la niñez donde esa niña era la que lideraba una clase entera en rebelión contra las normas y por la tarde se recorría en pueblo entero en su bicicleta BH roja, todo el mundo la conocía por su forma de ser y su alegría, por sus tremendas ganas de vivir y de sentir.
Lo más importante que tenía esa niña, lo más importante era su fuerza de voluntad, la fuerza de la vida dentro de ella, era capaz de hacer lo que se le pasara por la mente aunque pareciera lo más imposible para otros, así que consiguió cosas donde muchos se tuvieron que tragar su orgullo y felicitarla por su valía y esfuerzo.
A medida que esa niña se hizo mayor, esa fuerza fue apagándose, necesitaba la aceptación de los demás, tanto como beber agua por las mañanas, quizás sea una base de la adolescencia, que te acepten, cuanto más quería menos recibía.
La soledad te da la oportunidad de volver a sentir sensaciones que dejaste atrás, a veces son sensaciones amargas pero al final y cabo tuyas son.
Sé que hay cosas que no podre tener jamás, porque primero deberían caerse las estrellas del cielo porque la vida no es un coche que tenga marcha atrás.
No podemos volver atrás, solo podemos pedir perdón por el dolor causado y aceptar que no nos perdonen y perdonar a quienes nos hicieron daño, porque el mejor bálsamo es perdonar y ser perdonado.
Ahora puedo sentir el pasado en frente de mí mirándome fijamente a los ojos, deslizándome sus brazos por mi piel.
Mis días ahora mismo no son de los mejores pero quiero tocar madera, hace un año pensaba que no se podía estar peor en ese momento pero no es cierto podemos estar peor de lo que estamos, un mal golpe de la vida nos puede hacer estar mucho peor.
¿Cuándo exploto esa burbuja de jabón donde creía que podía conseguirlo todo? ahora solo hay silencio entre yo y mi vida, desconexión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario