martes, 25 de octubre de 2011

hoy no puedo cuestionarme ni pensar

Hoy no me cuestiono lo que hice mal o bien, no quiero pensar por hoy lo que me queda pendiente, hoy no, hoy solo quiero ver la lluvia caer, ni siquiera quiero pensar en lo que debo atender o lo que debo dejar, solo quiero ver la lluvia caer, mientras el viento la arrastra de un lado a otro.

Aunque estoy cansada que tomen decisiones por mí, espero que la lluvia se lleve la sumisión que logra siempre alcanzarme, debo ser yo, debo hablar, quiero despertar mañana en una nueva realidad pero hoy quiero sentir el frio de este día que cale mis huesos.

Todo lo que vivimos son experiencias que nos ayudan a aprender por eso hoy no quiero pensar en lo que debo aprender de lo vivido, solo quiero escuchar al viento hacer de las suyas en el cielo meneando las nubes de un lado a otro.

Hoy no es día de colmar de amor a los que están cerca, no quiero invadir mi entorno de alegría para que se sientan fascinados, hoy solo quiero ver desde mi ventana el sol luchando por quedarse parado en el cielo tormentoso.

Hoy no quiero pensar en quien soy y todo lo que la vida puede aportarme, no quiero creer que solo yo puedo cambiar mi futuro, porque hoy deseo abrir las persianas de mi alma y dejar entrar la naturaleza en estado puro.
Hoy no puedo pensar en ese desinterés humano, en la tolerancia, en la perseverancia, en la resistencia, en la confianza porque hoy hace un mal día fuera de la casa, hoy la lluvia es la principal artista cerrando la luz que da brillo al día.

Hoy no pienso en lo que me daño o si dañé, por algo habrá sucedido, por algo me deje llevar, por algo seguro paso, deje que me dañaran y si dañe lo hice sin pretender, por algo sucedió, con pasos afortunados como menos afortunados, algunos hoy me cuesta aceptar, es la vida, porque ella sigue nunca se para, por eso hoy quiero abrir la ventana para que el aire puro limpie el oxígeno de mis pulmones.

Hoy no quiero pensar en lo mucho que ame, quizás aun ame, no se me haya olvidado hacerlo, no siempre he correspondido a mis amores y sé que he tenido amores que me han correspondido sin esperar nada a cambio más que amor, quizás quien no debió amarme me amo y a quien no debí amar también apareció, pocos amores sin embargo intensos, incluso hasta la incondicionalidad me han amado y yo sin apreciarlo, sin embargo hoy no es día para pensar en ello, porque los arboles están agitados por este día otoñal cayéndose sus hojas para renovarse.

Hoy no es día para escribir como es el amor, si grande o pequeño, si furtivo, intenso, correspondido, olvidado, pasional, rencoroso, locura, quimera….hoy no es día de pensar como es el amor, también existe amores en calma, sosegados, pacíficos, serenados, pero quien no ha sentido la pasión, la furia, locura y desesperación del amor, ¿quién no se entregó al amor? Sin esperar nada a cambio, o quien recibió tanto sin esperarlo, llegó a sus manos y no supo qué hacer con aquello, tal vez lo dejó ir, tal vez lo tomó, tal vez no supo resguardarlo y cuando quiso retenerlo simplemente lo perdió.

Entonces miramos atrás, a lo que hicimos, o lo que omitimos, y nos empeñamos en recuperar aquello que una vez tuvimos, que acariciamos, que sentimos pero que no valoramos, eso que hoy necesitamos y que se nos escapó por entre los dedos como si fuese un torrente de agua, y por más que intentemos se convierte solo en nada.
P
or eso dejare que la mente pare que el corazón asiente su sangre porque hoy no quiero pensar, en lo que he tenido en el pasado y he desperdiciado, en lo que he conseguido y he destruido, en lo que fui y soy ahora mismo, hoy prefiero esperar a que el sol salga de esa tormenta esperando que sus rayos me den la fuerza para concederme el beneficio de la duda.
Cuantos momentos felices, risas y sonrisas que se dibujaron en mi rostro haciendo impulso a mis momentos amargos, disipando lo malo, tratando de convertir los buenos en eternos, una caricia, un beso, un abrazo sincero, cuantas veces lo hemos tenido y no lo hemos querido por estar apático o tener un mal día ¿Cuántas veces hemos rechazado la felicidad sin darnos cuenta? O cuantas personas no se les concedió esos momentos sabiendo valorar cuando lleguen.

La vida sigue su curso, su camino, su mar, ella no para, pasa de prisa muchas veces, nos aturde en nuestra cabeza descontrolada, avasallándonos, impendiéndonos en el tiempo, los sentimientos se quedan contigo porque el tiempo y la vida no cesa su marcha, si la alcanzamos es lo mejor que nos puede pasar sino nos pasaremos la vida corriendo tras ella, porque un tropezón puede hacer que pierdas el barco y tengas que nadar por mucho tiempo entre la vida y tu existencia.

¿Cuantos ratos tristes debemos vivir? Lagrimas que ahogan nuestras palabras, momentos de eterna pena que queremos que llegue a su fin por algo que quisimos, por alguien que se fue, por un amor no correspondido, por amores prohibidos.

Hoy no es día de pensar en nada, solo dejar que fluya el agua estancada de los arroyos y ríos corrompidos por el ayer, solo pensemos en el hoy, en este instante porque es lo que tenemos, disfrutemos de este segundo sin evocar a los recuerdos ni pensar que pasara mañana, porque al fin y al cabo no es día de pensamientos.

La vida se encargara de recompensar lo bueno de nuestros actos o nos cobrara al transcurrir todo el dolor causado, al fin y cabo es la vida, cuántas veces hemos tomado lo que teníamos en frente al ser lo más fácil y no pensamos en lo que vendrá o en lo que dejaremos.
Lo que pueda decir o hacer será mañana, hoy no diré nada, porque hoy quedara en el ayer y hoy solo queda mirar la vida, tomarle mano, hoy no quiero pensar que todos tenemos un camino trazado, lleno de curvas, no sabiendo donde nos va a dejar ni a donde nos lleve.

Hoy no pienso, hoy no es día de pensar en lo que la vida me dejo, en lo que la vida se llevó, en lo que me traerá, porque la vida pasa y sigue perdiéndonos lo que hay en ella pesándonos en el hoy que se convirtió en ayer, no quiero pensar lo que me depara porque me crea pensamientos de incertidumbre que hoy no quiero pensar ni sentir.

Hoy no quiero pensar de las muchas veces que nos caemos y nos tenemos que levantar, porque si no nos levantamos la vida vence con el tiempo y sus circunstancias que nos lleva a la deriva, ¿a quién no le ha costado levantarse? ¿Quién es el que no ha desperdiciado ninguna oportunidad de su vida? ¿Quién es el que ya no le quedan cartas que jugar en la vida? Hoy no quiero pensar porque nada tendría sentido un día como hoy pensar en las penas y alegrías, en los amores y desamores, aciertos y errores, hoy sé que aunque duela menormente debemos levantarnos, porque es lo único que nos da la vida, la oportunidad de vivirla.

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