domingo, 23 de octubre de 2011

la princesa enamorada del lago azul

Un ramo de flores rojas
Que viajan hacia su destino al alba
En alas de una mariposa
Que la guía el viento en su camino
Bebiendo agua limpia y pura
Un caballo se detuvo para que
Se posara la mariposa de alas blancas
Hermosamente deslumbrante
Con esas flores rojas en sus alas
Una mariposa echa ninfa y diosa
Eterna y tierna
Con la fuente del amor entre sus dedos
Debía llegar a su destinataria
Así se lo había prometido
A su amor incondicional
Que lo arriesgaría todo por entregar
Ese acto de amor, ese mensaje de desesperación
Se convertiría en lo impensable
Para salvar su secreto mejor guardado
Hasta podría hacerlo en sirena
Sin embargo las flores se estropearían
Los surcos y simientes iban siendo regados
Por la pasión de un caballo paciente
Por una ninfa espectacular y mística
Cuando estuvieron días vagando
Por el rio, a lo lejos la encontraron
Porque semejante sensibilidad en unos ojos
Solo podía ser ella, la elegida
Entonces se acercaron a ella despacio
Sin asustarla y saliera corriendo
La ninfa le susurro tenemos algo para ti
La muchacha sorprendida le entro curiosidad
Entonces apareció el hermoso ramo
De flores cuidado por manos femeninas
Para que no perdiera su esencia
Aquí tienes un ramo de rosas rojas
Y aquí una tarjeta escrita
Que por respeto no leímos
Son cosas del corazón:
Miro los árboles moverse por la brisa de la estación
Una suave caricia toca mi rostro; cierro los ojos y pienso
Qué bonito es amarte así
Dicen que las personas que se mandan rosas
Con letras escritas serán amores eternos
Sueño con verte amanecer en mis días con sonrisas
Sueño ver una primavera-otoño junto a ti
Para que pongan la tibieza de los rallos de un sol
Que sólo brilla para nosotros cuando sentimos el frío de la ausencia.
La muchacha se emocionó con esa tarjeta
Declarando el amor de aquella mujer que conoció
En aquel estanque de peces claros y mágicos sueños
Debía ser ella, tenía que ser ella
Entonces la muchacha cuando recobro aire
Para sus pulmones que no podían respirar
Pregunto quién manda semejante amor
Caminando libremente por la naturaleza
Una mujer que conociste en un valle
¿La recuerdas?
Como olvidar un ser especial como ella
Nunca pensé querer a una princesa de lagos
Me haréis un favor mariposa mitad ninfa
Decirme lo queréis muchacha apuesta y formal
Mandarle respuesta de mi puño y letra
Con una rosa blanca
Darme una hora iré a mi casa y encontrare
En donde escribir lo que deseo expresarle
Después de una hora la muchacha se presento
En el mismo lugar
Con víveres para sus invitados por pocas horas
Para que llegaran sanos y salvos a su amada conquista
Aquí está mi respuesta, ahora marchar y dársela
Quizás obtenga el más preciado sueño de los dioses
Después de otros dos días
Exhausto el caballo que estaba deseando ver
A la princesa para seguir su camino hacia
Su horizonte suspirado
Sin embargo no iba a dejar sola a su ninfa
A su mariposa siempre feliz en su naturaleza
Así que cuando consiguieron llegar al lago
Allí estaba la princesa esperando preocupada
A que no consiguieran encontrarla
Tenía miedo de sonreír por temor
A no tener buenas noticias
La ninfa le dio con amabilidad
La rosa blanca que ilumino los ojos
De un rostro pálido somnoliento
Por las dudas y miedos
También traigo algo más que te gustara
Un papel en sinónimo de respuesta
A tu postal que le emociono enormemente
Haciendo que casi sus rodillas flaquearan
La princesa estaba muy nerviosa
Tomo la carta entre sus manos temblorosas
Para leerlo con total entrega y dedicación
Eco de recuerdos que te nombran,
Que me hacen llorar sin parar,
Mientras voy buscando formas
De poder llevarte mis besos y abrazos
En distancias que a ambas nos ahogan…
Hoy sólo existe alegría en mí
Eso es algo que a ti te agradezco profundamente
Pues de tus labios ha nacido la palabra amor
No seré cobarde pues tú eres una princesa de lago
Yo una sencilla muchacha de un paraje perdido
No puedo dejarme vencer por el desaliento
Queriendo luchar por lo que realmente importa
Tu mí querida princesa de tu lago transparente
Podría pasarme la vida en tu lago
Sin importar el tiempo ni los horarios
Si de verdad crees que esta simple mujer
Puede hacerte feliz
No mandes poemas ni flores
Ven tu misma a buscarme
Con la sinceridad de tus labios
Con la ternura de tus manos
Te esperare con abnegación y cordura
La princesa no podía creer lo que leía
Por eso lo volvió a leer impasible
De su buena suerte, era real aquel sueño
Entonces como insistió su belleza
Fue a buscarla con la soledad de los ruidos nocturnos
Para llegar hasta donde ella al amanecer
Cuando se cruzaron las miradas
No pudieron decirse nada
El amor lo sello un dulce beso
Para acabar viviendo en un lago compartido
Donde no existían horarios ni tiempos
Porque el amor que sentían era profundo
Como las aguas del lago azul

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